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  • Foto del escritorCláudio Giordano

El Vino en la Cultura China


Los orígenes de la producción y consumo de vino en China son remotos. Los chinos lo usaban en sus libaciones en honor de sus antepasados; por placer cuando escribían y cuando hacían poemas; para brindar con amigos y familiares en las fiestas. Estrechamente relacionado con la cultura y la vida cotidiana del pueblo chino, el vino era utilizado por los ciudadanos comunes, por los hombres letrados y por los emperadores.

Fuentes históricas registran que el alcohol y el vino aparecieron en la China hace unos cinco mil años. En la dinastía Shang (siglos XVI-XI a.C.) la producción de vino ya era generalizada. Inscripciones en huesos y en caparazones de tortuga, así como en bronce, traen informes de que las personas de ese período usaban el vino para honrar a sus antepasados. En 1980, los arqueólogos chinos encontraron una tumba en la región de Luoshan de la provincia de Henan del año 1.200 a.C. Encontraron un artefacto de bronce en forma de calabaza lleno de vino o jugo fermentado (probablemente el vino más antiguo existente). El recipiente había sido enterrado en una capa de arcilla y estaba muy bien lacrado. Debido a la falta de equipo apropiado, solamente cinco años después del descubrimiento, a través de dos agujeros, fue posible extraer un poco de vino, comprobando, aunque poca, la presencia de alcohol. En los anales chinos no faltan referencias a literatos, poetas y nobles de diversas dinastías y buenos amantes del vino, confirmando así el vínculo entre el vino y la cultura en China.

En este breve enfoque sobre el tema, nos limitamos a presentar solamente dos poemas de uno de los más grandes poetas clásicos chinos: Li Bai (o Li Po). Las notas provienen de la Internet, en particular del sitio: http://www.eykhoff.nl/Wine%20in%20China.pdf Los poemas, no son realmente una traducción, sino interpretaciones de los ideogramas originales; por eso hay tanta diferencia entre ellos; al no tener una traducción de "Invitación al vino" ("Exhortación", " Bringing in the wine") hicimos una versión de la traducción al español.


Li Bai o Li Po (701-762) es uno de los nombres más importantes de la literatura china. A los 25 años comenzó a viajar con la esperanza de encontrar personas influyentes que lo ayudaran a realizar sus ideales y ambiciones políticas, que por cierto lo llevaron a prisión por mucho tiempo. Su estilo poético era el de la época, pero ciertamente lírico, innovador en imágenes y de gran vocabulario de belleza.


Bebiendo solo bajo la Luna

Bebiendo solo bajo la Luna rodeado de flores, libo solo, ante un jarro de vino. Alzando la copa, convido a la luna. Con mi sombra, somos tres. Aunque la luna no puede beber, y mi sombra en vano me sigue, las tomo por compañeras transitorias. Gocemos de la vida antes de que pase la primavera! Canto, mientras la luna deambula. Bailo, mientras mi sombra duda. Cuando estoy desvelado, nos solazamos juntos. Cuando estoy ebrio, se deshace nuestra compañia. Oh luna! Oh sombra! Seréis mis inmortales amigas. Y nos reuniremos algún día en el cristalino mundo de las estrellas.


Exhortación ¿No ves, amigo mío, que las aguas del río Amarillo fluyendo del firmamento, se precipitan hacia el mar para no volver? ¿No ves que nuestros padres se lamentan de sus cabellos canos ante el espejo plateado, que las sedas, negras por la mañana, con el crepúsculo, blanca nieve se han tornado? ¡Entreguémonos a libar mientras podamos, y no dejemos vacía la copa dorada frente a la luna! Los dones que me concedió el cielo, no se han de desperdiciar. Al gastar mil onzas de oro, volveré a tener otro tanto. ¡Guisemos carneros, matemos reses y divirtámonos! ¡Apuremos trescientas copas en un solo encuentro! ¡Vamos, maestro Qing y querido amigo Dan Qiu! No dejéis vuestras copas ni un momento. Os voy a cantar una balada, y escuchadme todos atentos: Nada representan para mí gongs, tambores ni platos exquisitos, y no desearía más que una ebriedad perpetua. Todos los santos y sabios del pasado se quedan en soledad. Sólo los grandes bebedores conservan su fama. El príncipe Chen aprovechó bien su tiempo, y en el Palacio de “Paz y Delicias”, se entregaba a las orgías con los suyos. No los satisfacían sino los licores más preciosos. Ahora que te pido vino, tabernero, por qué nos dices que no alcanza el dinero? ¡Ven, mozo, y trae al momento mi corcel tordo y mi abrigo ornado con cien pedazos de oro! Los trueco por vinos deliciosos, que vierto en vuestros vasos, para disipar juntos las tristezas de mil años.





*Traducido por Mônica Haberer Reppucci.






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