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LA BIBLIOTECA

   Es de suponer que el término vinária ya indica al lector que la biblioteca de la que vamos a hablar aquí tiene que ver con el vino, ya que la Biblioteca Vinária Reppucci es precisamente una colección compuesta por artículos que de alguna manera están relacionados con el vino. El objetivo es aclarar que los artículos no necesariamente están dedicados al vino, sino que el vino o lo que le concierne está presente en ellos. Por otro lado, se dice “artículos”, porque la biblioteca está compuesta no solo por libros sino también por revistas, documentos y manuscritos.

   Cerca del 75 al 80% de la colección está compuesta por obras cuya temática está directamente ligada al vino, la vid, la uva, bajo todas las temáticas y formas de abordaje, es decir, obras técnicas, de divulgación, publicitarias, históricas, literarias. Trabajos sobre la uva, sus especies, cultivo, vendimia, enfermedades, elaboración y tipos de vinos, envases, almacenamiento (bodegas) etc. Escrito en diferentes idiomas: portugués, francés, inglés, español, italiano, latín, griego; el alemán está muy poco representado en la colección, a pesar de que uno de sus elementos principales es un incunable impreso en la lengua de Goethe. Hay muchas obras en latín, pero casi todas las presencias del vino son accidentales. También en este caso hay una curiosa excepción: uno de los incunables es el texto impreso más antiguo que se conoce dedicado íntegramente al vino.

   Sin embargo, el propósito de este libro es mostrar un poco del 20 al 25% restante de la biblioteca que son (además de su evidente calidad y singular relevancia como colección de vinos) lo que la distingue, realza y valora como formidable fuente de información cultural; y por último, pero no menos importante, retrata el carácter, la motivación y la sensibilidad del coleccionista.

   Nuestra expectativa es que este trabajo pueda demostrar cómo un ocio, elegido inicialmente para ocupar un tiempo antes dedicado a actividades profesionales, puede convertirse casi en pasión y conducir a la realización de una empresa formidable, meritoria y permanente. Cuando el ingeniero Juan Carlos Reppucci decidió, a principios de la década de 1990, adquirir y coleccionar obras que tuvieran que ver con “la bebida de los dioses” que tanto amaba, estaba lejos de imaginar que esta elección lo llevaría a una apasionante aventura. y que le abriría las puertas a panoramas totalmente distintos a los que fueron escenario de su vida de empresario.

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